El justicialismo rionegrino en dos años y medio perdió el gobierno que
quedó en manos de Alberto Weretilneck. Como un depredador de la
política el gobernador avanzó en una estrategia que llevó como
acompañantes a media docena de legisladores radicales para finalmente
tomar el control total del poder que le deviene de un frente electoral
con el peronismo en el 2011, como socio minoritario, luego de romper su
alianza con el radicalismo.Todo es pragmatismo.
Bajo el lema “divide y reinarás” fue limando al justicialismo y a la
vez se metió en la interna radical captando legisladores y debilitando
la conducción de Bautista Mendioroz en el bloque de la UCR. Hoy
Weretilneck se ufana de tener los votos de Marta Milesi, Alejandro
Betelú, Adrián Casadei, Hugo Funes, Alfredo Pega y Darío Berardi, que
sobre un total de once legisladores representa la mayoría como para
decidir las políticas legislativas del radicalismo. El oficialismo
pregona que estos votos los puede sumar en cualquier momento para otros
proyectos, como la aprobación del acuerdo con Petrobras.
La posible sesión de la Legislatura del viernes daría un corte final a
la discusión sobre la aplicación del artículo 180 de la Constitución y
el oficialismo tiene los votos necesarios para desplazar a Ariel Rivero y
colocar como vicegobernador a Pedro Pesatti, mientras que el pichetismo
fue impotente al momento de convencer voluntades para sumar en apoyo al
actual legislador a cargo de la presidencia del parlamento.
Una sesión que genera muchas expectativas y que obligaría a tomar previsiones en temas de seguridad.
Se juega mucho más que la aplicación de una norma constitucional, se trata del control del poder político del Estado provincial.
Una presión nacida a la luz de la oposición que el gobernador
encontró en la Legislatura para imponer su acuerdo con Petrobras. Una
razón fundada en millones de dólares que le permite gobernar sin
sobresaltos, pagar sueldos e invertir en su futuro político y que
también resultó atractiva para sus seguidores dentro del justicialismo y
aliados en el radicalismo, ex peperreistas, Unidos por Río Negro, MPP,
REDES e independientes oportunistas.
Weretilneck se regocija del nuevo escenario político rionegrino
controlando al Ejecutivo y al Legislativo, con complacencia del
Judicial. Con la “Nueva Mayoría” legislativa incrementa su caja política
y concentra, sin control, la pauta publicitaria del gobierno y del
parlamento sobre los medios de comunicación.
Con el control legislativo que le otorga Pedro Pesatti tiene el
camino expedito para cumplir con su compromiso con la petrolera
Petrobras y concretará la “operación maquillaje”, que son nada más que
modificaciones cosmetológicas al acuerdo, pour la galerie, para dar
cobertura y justificación a sus amigos radicales que votarán el
cuestionado convenio petrolero.
También tendrá mayoría para su proyecto de ley las elecciones
primarias, abiertas y simultáneas en Río Negro. Ahora tiene los votos y
diluyó su compromiso con el gobierno nacional como para establecer su
propia estrategia electoral al amparo de futuros acuerdos políticos.
Al gobernador nunca le gustaron las PASO y no sería extraño que
finalmente desista de poner en marcha en Río Negro las elecciones
primarias. Este sistema de elecciones favorece a todos los partidos
políticos menos a su proyecto provincial.
Sabe que sin primarias los partidos tendrán que resolver sus
candidatos con otros parámetros internos y los complica, sin embargo las
PASO ordenan hacia adentro y anticipan un cuadro electoral de
adhesiones de votantes.
Con el control total del gobierno en lo que menos piensa Weretilneck
es en apurarse y provocar un paso en falso. Se sabe único candidato de
este conjunto de voluntades unidas artificialmente, su proyecto es
personal, carente de marco ideológico, con anclaje nacional
controvertido y sin explicitar –como no lo ha hecho en estos dos años de
gobierno- cuál es el proyecto provincial.
Poco puede ofrecer a la ciudadanía y cautivar al votante si se toman
en cuenta estos dos años y medio de gobierno anodino. El futuro es más
de lo mismo.
El gobernador sólo suma avidez de seguir en el gobierno y colar por
la ventana a otros sectores políticos que en el 2011 fueron rechazados
por el voto de la ciudadanía.
Vale recordar cuando en su condición de vicegobernador, se dirigió a
los radicales y les dijo que“ante tanto pecado, quizás… lo mejor sea que
utilicen el sacramento de la confesión para lograr el perdón de Dios y
del pueblo rionegrino”.
¿Cuál es entonces el verdadero Weretilneck? Aquel aliado a Soria y al
justicialismo que fustigaba a la UCR o el que ahora como socio con un
sector del radicalismo reniega del peronismo. Aquel que elogiaba a la
presidente Cristina Fernández y al gobierno nacional, o quien ahora
apoya a un candidato que está a las antípodas del gobierno kirchnerista.
Cambió la historia y ahora se instaló un nuevo escenario. El
gobernador – por ahora – logró alinear los planetas a su favor, tanto
por mérito propio como por error de sus adversarios internos y externos y
ahora enfrenta el desafío de armar su propio gabinete sin compromisos
con el justicialismo y apelando a su olfato y pragmatismo.
Un ejemplo es la designación de Guillermo Gesualdo como ministro de
Obras Públicas, casi una provocación cuando aún está en debate el tema
Petrobras y es un funcionario seriamente cuestionado. ¿Será que lo
quiere proteger con fueros ?
Una muestra del desparpajo de como resuelve las cuestiones de Estado,
su filosofía de que “todo da igual y poco importa nada” convencido de
su buena estrella y el quiasmo de que si “todo vale” entonces “vale
todo”.
La intuición es parte de la política, pero no es la línea argumental de
los actos gubernamentales. Se necesita algo más que osadía y suerte
aunque se puedan ofrecer triunfos a corto plazo.
Weretilneck se equivocó al apurarse y definir su apoyo a Sergio
Massa. De nuevo expuso ante los rionegrinos su fragilidad de pensamiento
cuando hasta hace unos días desmentía su acercamiento y reuniones con
el ex intendente de Tigre, adjudicándolas a operaciones periodísticas y
ahora llama “amigo” al diputado nacional y candidato presidencial del
Frente Renovador, a quien ya ubica en el Sillón de Rivadavia el año
próximo. Todo es fugaz, una verdad de hoy mañana es un engaño. No nos
extrañe que en esto días niegue lo que afirmó hece unos días al diario
La Nación.
La definición de Weretilneck sobre Massa obligará a tomar partido a
sectores que esperan conocer su destino recién en el 2015. Uno de los
más perjudicados es Pedro Pesatti, que espera ser nombrado como
vicegobernador.
La nueva alianza Massa – Weretilneck expuso recelos en sectores del
peronismo que “daban la vida por Néstor y Cristina” y colocó en posición
incómoda a dirigentes de su propio partido, el Frente Grande,
identificados un pensamiento nacional de centro izquierda.
Marcelo Mango, el ministro que el propio Weretilneck ofreció a Carlos
Soria para ocupar la cartera de Educación y al que todos asignan una
relación estrecha con el gobernador, dio cuenta de la contradicción. De
igual modo hoy es una incógnita sobre la posición que adoptarán en el
bloque de diputados nacionales del FPV, por parte de Hernán Avoscan y
Luis Bardeggia, que responden al gobernador.
El secretario General de la Gobernación, Matías Rulli, quién lució
una pechera de La Cámpora controlando los precios cuidados en los
supermercados de Viedma, trató de aclarar que lo dicho por el
gobernador es a título personal y que el gabinete tiene que decidir el
alineamiento nacional. La conducción nacional del Frente Grande también
ubicó a la definición de Weretilneck con Massa en la órbita privada, a
la vez que el frentegrandista Julio Acavallo pidió la intervención del
partido a nivel provincial.
¿Realmente fue una jugada personal del gobernador sin estimar
consecuencias? o existen compromisos que se desconocen. Salvo que los
justicialistas, radicales y todos aquellos dirigentes políticos que se
suman a la estrategia política de la “Nueva Mayoría” de Weretilneck,
acuerden también que el candidato a presidente para el 2015, con quien
se identificará el sector, es Sergio Massa.
Entonces, ¿para qué apurarse? Se inicia una nueva etapa y quedó
definitivamente en claro que la pelea en el seno del gobierno del Frente
para la Victoria, en Río Negro, se funda en proyectos totalmente
antagónicos.
Fuente: ADN