Medios, agrupaciones políticas y agrupaciones sociales se sumaron al rechazo del ataque que sufrió Fm Comarca Andina.
El peritaje de Becerra pareciera que ya es definitivo en sus conclusiones. La intencionalidad del fuego en las instalaciones de Fm Comarca Andina y Fm Patagonia Andina, deriva en que el accionar humano puede llegar a extremos insospechados de crueldad y silenciamiento.A contramano de asemejarse a una “marcha de silencio”, los comunicados de las agrupaciones Kolina El Bolsón, Movimiento por El Bolsón, el mensaje directo de la Mesa de Integración y Fomento Rural, el respaldo a los trabajadores y trabajadoras expresado por Radio Nacional El Bolsón, entre otras tantas declaraciones que brindan respaldo a la postura a favor de la libertad de prensa, libertad de expresión y, sobre todo, diversidad de voces, podrían ser representadas como gritos que surgen del humo generado por las llamas que consumieron a la joven radio local.
“Quien o quienes apuestan a la violencia en la resolución de conflictos no tienen cabida en una sociedad democrática”, reza el comunicado de Radio Nacional El Bolsón. Esta frase bien podría tomarse como una consigna central de los restantes dichos mencionados, donde el eje es el rechazo a la violencia.
Patricia Focarazzo fue víctima de esta práctica violenta cuando conducía el “Colectivo de la Mañana” que se emitía por Fm Comarca Andina. En esa ocasión, mientras cubría una reunión del Consejo de Seguridad Local, Juan Carlos Martínez y allegados a él, le habrían arrebatado su teléfono celular donde tenía registrada una agresión a Luis Martin. Ese hecho, que hoy se recuerda por el siniestro en la radio, bien podría ser la antesala a la violencia desenfrenada.
Movimientos por El Bolsón considera como “azoradas actitudes mafiosas” al amedrentamiento que cae como una lluvia de clavos sobre quienes no están alineados al poder económico que “lo que no puede comprar, lo incendia”.
Por parte de la Mesa de Integración y Fomento Rural, el comunicado hace uso de palabras como “cobardes”, “ilegales”, “práctica corrupta” y “desesperados”, entro otros términos, para referirse a los poderes económicos que estarían detrás de la destrucción de la joven radio.
Pero, más allá de la desazón y la rabia que aparece con estos hechos lamentables, la consigna de la solidaridad podría despertar nuevas vías de solución de conflictos donde el diálogo, que a veces tanto se pide desde los sectores más intolerantes, se convierta en una bandera de todos y todas, más allá de los trapos partidarios.
A medida que la investigación a cargo del juez Ricardo Calcagno y del fiscal Arrien vaya destapando la verdad de los hechos, los ciudadanos de a pie, los colegas periodistas y algunas radios aledañas, que no están comprometidas en su postura por intereses económicos, irán haciéndose eco de lo que los diarios y mass media cooptados en su objetividad por la avaricia y hambre de poder, no hacen público.
REDACCION
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