sábado, 20 de septiembre de 2014

Más que un juez de Paz (II)

Marcelo Muscillo, Juez de Paz de El Bolsón, resaltó las ventajas de los mecanismos alternativos de resolución de conflictos.

En la edición de ayer, “Diario Bolsonés” publicó una nota (http://elbolsonblog.blogspot.com.ar/2014/09/mas-que-un-juez-de-paz.html) sobre la mirada de Marcelo Muscillo, Juez de Paz local, sobre la desigualdad y sus consecuencias a niveles macro y micro.
En esta ocasión, una vez que se marcó la cancha con los valores en juego y su contraposición, el magistrado bolsonés se dio el lujo de dar valor a la mediación como instrumento para la resolución de los conflictos sin dejar a un ganador y un perdedor en el campo de juego.
Posteriormente a considerar la importancia de la participación popular, como lo resaltamos en la nota “Más que un juez de paz”, en la elaboración de las leyes, se consultó a Muscillo sobre su visión con respecto al nivel de movilización que muestra El Bolsón y sus ventajas con respecto a lograr una vida social equilibrada.
En respuesta a esto, el Juez de Paz sostuvo que el nivel de movilización en la ciudad es destacable y que, a pesar de que a veces las discusiones tienen matices muy poco aplaudibles, nos van acercando a un equilibrio.
“La participación popular en la política es un camino que nos va a llevar a mejores soluciones”, afirmó Muscillo.
En este sentido, resaltó que ha habido avances en distintas materias en la provincia, que nacieron o tuvieron su estado primitivo en El Bolsón.
Tal es el caso de la primera Casa de Justicia del Poder Judicial de Río Negro que fue en instalada en El Bolsón.
Desde la perspectiva del Juez de Paz, esta Casa de Justicia representa el primer instrumento que la justicia creó para resolver los conflictos con herramientas alternativas, dejando de lado la costumbre de consagrar a una parte ganadora y a la otra perdedora.
“Mientras que en El Bolsón había 160 mediaciones de distinto tipo como conflictos familiares, vecinales, comerciales, etc, que terminaron en su mayoría de casos en forma consensuada, en otros lugares de la provincia, sólo queda la alternativa de un ring y que uno gane y otro salga noqueado”, resaltó el Juez de Paz.
Asimismo, sostuvo que en la mediación, como mecanismo alternativo de resolución de litigios, “todos debemos tener una percepción del conflicto mucho más extensa que la del interés personal y egoísta” y agregó que “debemos traspasar el discurso inicial que tiene una persona armada en el conflicto para empezar a trabajar sus verdaderos intereses”.
La lectura que elaboró el Juez de Paz surge a partir de la premisa que establece que los reclamos nunca son aislados, sino que son para satisfacer una necesidad.
“Cuando uno empieza a bucear en todo eso que está abajo que no surge explícitamente en el desarrollo del conflicto, se encuentran los verdaderos intereses”, afirmó Marcelo Muscillo y complementó al agregar que “este buceo es la característica fundamental de la mediación.”
“Existe la creencia de que por más se bucee, la gente sigue queriendo sólo lo reclama. Sin embargo, es asombroso cómo el verdadero interés surge en la mediación”, aseveró.
La pregunta disparadora para conocer el real interés en un conflicto es aquella que nos permite indagar el “para qué”. “¿Para qué se quiere triunfar en el conflicto?”
En este sentido, Muscillo estima que la visión a futuro refleja, en la gran mayoría de los casos, la satisfacción de una necesidad.
“Nunca hay que irse de un conflicto sin preguntarse a si mismo para qué quiero esto y preguntarse para qué lo quiere el otro. Esto cambia la visión del conflicto”, afirmó convencido el Juez de Paz.
En un juzgado, a diferencia de lo que sucede en la mediación, la gente va con la voz más fuerte a decir que algo es suyo y luego a justificar por qué dice que es suyo, pero nunca va a pensar para qué realmente lo quiere ni por qué lo quiere el otro.
Con la mediación, según Muscillo, pueden resolverse simultáneamente muchas necesidades a más de una persona, cosa que no sucede en el “ring” judicial
Para ejemplificar su visión, el Juez de Paz dio el caso de dos personas que se pelean por una naranja.
“Se cree que la solución de partir la naranja al medio es medio berreta ya que deja a las personas medianamente satisfechas y a la vez medianamente insatisfecha”. Pero, aplicando las herramientas de la mediación e indagando en los reales intereses de las partes, a veces una parte necesita la ralladura de la cáscara y el otro tal vez necesita el jugo.
A pesar de las bondades de la mediación, no es un camino apto para resolver todas las problemáticas que se presentan en una sociedad. Sin embargo, su crecimiento es exponencial en el litigio judicial y se ha instalado como instancia necesaria en algunas materias.
“Si hay que hacer transacciones sobre un objeto, que se haga sobre aquellos intereses o necesidades reales”, concluyó el Juez de Paz.

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