miércoles, 25 de marzo de 2015

LÚPULO, CULTIVO EMBLEMÁTICO DE EL BOLSÓN

La producción de lúpulo -ingrediente fundamental para la elaboración de cerveza- en la Comarca Andina del paralelo 42 es distinta a la de otros lugares del mundo. En diálogo con Diario Bolsonés el ingeniero agrónomo Hernán Testa explicó sus características y resaltó su importancia a nivel nacional.

Como integrante del programa Cambio Rural del I.N.T.A. (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), gestionado por la agencia de El Bolsón, el ingeniero agrónomo Hernán Testa recorre constantemente la zona andina en la que se produce lúpulo para verificar el avance de cada cosecha. Sobre ello expresa: “tengo la suerte de trabajar con todos los productores de la zona y esta semana observé que algunos de Lago Puelo ya han terminado. La diferencia es que en El Bolsón tenemos más superficie y la cosecha es un poco más tardía porque hay diferencia de altitud sobre el nivel del mar: allá están a 200 metros aproximadamente y acá estamos a 300 y eso influye en la maduración”.
Según el ingeniero, el lúpulo es -junto con la frambuesa- el cultivo más importante de la región y también uno de los más delicados. Su cosecha, según comentó, suele comenzar a mediados de febrero para finalizar hacia la segunda o tercera semana de marzo. “Es un cultivo emblemático para El Bolsón. Es muy delicado, muy perecedero y hacia la segunda semana de marzo las heladas le son bastante perjudiciales por lo que hay que evitar terminar tarde”, explicó.
Así, en cuanto al ciclo de crecimiento de la planta, Testa señaló que empieza en el mes de septiembre con la aparición de los primeros brotes, su posterior selección y envoltura en los hilos que hacen de guía. Octubre y noviembre –en sus palabras- son meses con altísima tasa de crecimiento, a razón de 10 centímetros por día y hacia Navidad la planta está agarrada al alambrado superior. En tres meses alcanza la altura máxima y después entra en fase reproductiva y comienza a dar los laterales, que es lo que al productor más le interesa ya que es el momento en que se carga de conos, flores o frutos- términos que tal como explicó Testa pueden ser utilizados indistintamente para describir el producto.
“La producción de lúpulo tiene una gran carga cultural y me parece que no surgiría un productor de lúpulo de un día para el otro como uno de soja o de ganadería vacuna”, resaltó y aclaró que en la región hay mucha educación por parte de los productores en torno al cuidado del medio ambiente y al abono de sus cultivos con productos orgánicos. En este sentido el profesional comentó que es muy común, por ejemplo, que se compren 100 metros cúbicos de abono de chivo de El Maitén u otras zonas de estepa para fertilizar los campos, lo cual constituye una práctica que en otros países del mundo resultaría impensada por implicar un gran movimiento de material cargado de materia orgánica y agua.

EL MERCADO NACIONAL
Después de México, Colombia, Venezuela y Brasil, Argentina es el quinto país de la región en consumo de cerveza. “Estamos cerca de los 39 litros por habitante/año, lo cual es muchísimo y genera que la demanda de lúpulo sea creciente. Pero la producción es estable, no decrece y tampoco aumenta y esto se relaciona con el alto valor de la tierra, la escasez de mano de obra local, la dificultad de acceso a créditos y muchos otros factores que complejizan el crecimiento del sector”, afirmó Testa.
Asimismo, el entrevistado comentó que en Argentina se consumen, en promedio, mil toneladas de lúpulo al año pero que lamentablemente más de la mitad se importa ya que la Comarca Andina sólo produce 350 toneladas y en el norte de la provincia de Río Negro, en la localidad de Fernández Oro -que es propiedad de la empresa Quilmes- se generan 100 toneladas más. “Pero Argentina jamás se autoabasteció de lúpulo y desde los inicios del cultivo los productores viven de la empresa Quilmes”, aseguró.
Al respecto, Testa relató que en el año 1948 Quilmes impulsó el cultivo en una chacra de la ciudad de Cipolletti y recién hacia el año 1957 comenzó la producción en El Bolsón de la mano de los inmigrantes eslovenos que eran productores independientes pero proveían casi exclusivamente a esa empresa. “Y hoy en día sucede lo mismo con más del 80% del producción”, precisó.
REDACCION

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